Peluchito y yo haciendo la cama. Peluchito encuentra una báscula debajo y mientras yo le insinúo que me ayude con las sábanas (con frases tan sutiles como: ¿quieres dejar de enredar y ayudarme con esto?) él la enciende y se sube encima (¿he mencionado alguna vez que mi novio mira las cosas con las manos?).
- Esto tiene que estar mal.
- Claro- le digo yo riéndome.- Si pesas demasiado siempre es culpa de la báscula.
- No, no, que peso muy poco según esto.
- Ah, entonces espera que me voy a pesar también, jeje.
Sigo estirando la sábana mientras Peluchito sigue subiendose y bajandose hasta que por fin sale un peso que le convence.
- ¡80! Ahora tú.
- Sí hombre, ahora mismo- le contesto (sigo intentando estirar la sábana bajera de la cama)
- ¿Qué pasa, te da vergüenza?
- Pues sí.
Fin de la discusión: Peluchito me engancha del brazo y me sube a la báscula.
- 65, no está mal. Creía que iba a ser peor- comento.
Ya contento, vuelve con las sábanas.
- Estoy pensando- le digo.- 15 kilos de diferencia con la diferencia de estatura no es mucho. Deberías engordar un poco.
- ¿Tengo que engordar yo para que tú te sientas mejor?
- Pues claro. Peluchito, o engordas tú o adelgazo yo, tú verás.
- Pues si te crees que voy a engordar yo para que te sientas mejor...
- Claro, como buen novio deberías hacerlo.
P.D: Esta noche me ha vuelto a parar la policía, 8ª vez desde que me saqué el carnet de conducir...¿Casualidad o tengo una cara muy sospechosa?
martes, 13 de octubre de 2009
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